ÉL










 Pirata de tierra con barco anclado
que alguna vez quiso irse a la deriva.
Demasiado corazón,
para tanta rebeldía.




Jinete de la jungla envenenada,
cabalga por ella sin montura.
Intentando convertir en realidad sus quimeras,
aunque sufra su piel.
 

En su alforja guarda su sustento:
ilusiones que le alientan en la lucha,
libros para enriquecer su mente,
y para alimentar su alma...
Un lápiz y un papel.

Y vomita sensaciones
en forma de palabras.
Orgasmos literarios...
Placer. 


Sin estar saciado sigue cabalgando,
en su afán de alcanzar sus metas.
Con un escudo para proteger sus sueños,
y una espada para alejar sus miedos.


Contradictorio y tenaz,
cada día maldice a este mundo,
cargado de imperfecciones.
Pero al mismo tiempo,
se cobija en él.

Siempre con inquietudes,
y ávido de conocimientos.
Seguro de sí mismo,
pero eterno insatisfecho.

Amante de la paz y de la guerra.
Del orden y la rebeldía.
De la soledad en compañía.
Pragmático y poeta a la vez.



Pirata, jinete y guerrero.
Con mente brillante,
alma pura,
y vísceras de fuego.


Para mi... Así es él. 

Olga.
30/11/2014
 





PUEDE QUE UN DÍA




Seguir el juego que nos ofrece la vida,
y entre gozos y desdichas
caminar en paralelo.

Sin estar ciegos cerrar los ojos,
saltando por encima 
de miedos y recelos.

Planear futuros sin movernos del presente,
con deseos contenidos
que encienden la piel,
y los apaga la mente.

 
Puede que un día
se acerquen nuestros cuerpos,
y en la misma vía
coincida nuestro tren.



Convirtiendo en reales las miradas,
y sonoras las palabras.
Y sentir el calor del abrazo,
en el andén.


Puede que un día 
dejemos de estar ausentes,
coincidiendo en la vida
y en la forma de querer. 

Olga 22/11/2014

PINTANDO RECUERDOS





Le gustaba escuchar el crujir de las hojas secas a su paso. Iban formando una monótona melodía, que acompañaban su solitario paseo, que como cada tarde, le ayudaba a romper con su rutina.



Había convertido aquel parque, en su refugio. Mientras paseaba, esparcía sobre aquel manto de hojas muertas, sus pensamientos y recuerdos. Había hecho cómplices de sus gritos ahogados y sus lágrimas secas a los árboles, que aún desnudos, mostraban su majestuosidad, manteniéndose erguidos con la mirada hacia el cielo,desafiantes.
Una ligera brisa, desplazó hacia el suelo, las hojas que dormitaban en un banco, como invitándola a sentarse. Hacía  frío, pero como estaba algo cansada, aceptó la invitación. 

Mientras se encendía un cigarrillo, su mente caprichosa, la llevó hasta otro otoño, lejano en el tiempo, pero que en su corazón, seguía vivo y cercano.





Se encontraba en París, regalándose unos días, como un "in pass" en  la lucha que estaba librando desde hacía meses contra sus demonios, en Montpellier.


 Se alojaba en un pequeño hotel del Boulevard Regente, muy cerca de Montmatre.
A pesar de no ser una experta, era una enamorada del arte, y por las mañanas, le gustaba subir despacio las escaleras de alguna de las calles que la llevaban a la Place du Tertre; desayunar en uno de sus pintorescos cafés, y después perderse ente los pintores, que ajenos a la multitud, iban plasmando su alma sobre el lienzo.  

Llevaba un rato contemplando las obras expuestas, y de repente, el tímido sol que hasta entonces brillaba, desapareció bajo las nubes que iban aumentando, vistiendo al cielo de un tono gris, hasta que una lluvia fina comenzó a caer.
Los artistas rápidamente  guardaron sus pinceles, y con grandes plásticos, iban cubriendo los lienzos.

El paisaje cambió radicalmente. La lluvia iba en aumento, y con paso acelerado, se dirigió hacia uno de los cafés. 
El local se había llenado con la gente que estaba sentada en la terraza y se refugiaba allí de la lluvia. Dio un recorrido visual buscando una mesa libre, y de pronto se dio cuenta, que alguien le hacía señas, indicándole un asiento libre en su mesa. 
Algo recelosa, pero agradecida se acercó y correspondiendo a su sonrisa, le saludó con otra, y se sentó a su lado. 
Era un hombre de unos treinta años, con una mirada que traspasaba más allá de la piel. Notando su nerviosismo, él se apresuró a presentarse. Se llamaba Luc y se encontraba en París por cuestiones de trabajo. Era el marchante de un pintor austriaco que iba a exponer en la Galerie Brosse al día siguiente, y en una semana, volverían a Viena. 



En unos minutos, la conversación se hizo tan amena, que parecían conocerse desde siempre.
Sin darse cuenta, habían estado hablando durante dos horas, que les parecieron minutos.
 Algo incontrolable y hermoso estaba creciendo entre ellos.

Salieron del local. Había dejado de llover, y como unidos por un mismo pensamiento, fueron paseando despacio, como intentando alargar el tiempo, hacia las estrechas calles, llenas de simbolismos, hasta llegar a la Place des Abesses. Allí se despidieron, no sin antes quedar para un próximo encuentro por la tarde.


Al quedarse sola, y darse cuenta de lo que sentía, descubrió que era la primera vez en mucho tiempo, que alguien había entrado en su alma... Sin pretenderlo, él había conseguido en unas horas,que volviese a estar viva. Se sorprendió a sí misma de esa sensación. Sonreía... Por fin.
Sus siguientes encuentros, transcurrieron entre risas, paseos, confidencias, y silencios que decían más que las palabras. Ella se sentía plena, y sabía que él, por el brillo que veía en sus ojos, se sentía igual.

Los días pasaron como en un suspiro. Había llegado el momento de partir. Él a Viena, a continuar con su vida, y ella a Montpellier, a reencontrarse con su realidad y a continuar con su lucha.

No hubo dolor en la despedida. 
Ninguno de los dos se había planteado un futuro juntos. Tan sólo habían sido unos días, y se habían limitado a vivirlos, pero sabiendo, que en su memoria quedaba un recuerdo, que perduraría en el tiempo; y a ella, le había enseñado una forma de amar, hasta entonces desconocida...
Amar con el alma. Sin materia ni egoísmos. 

Ni siquiera se dijeron adiós. Se despidieron casi de la misma forma que se conocieron... Con un suave beso, y una sonrisa.





Unas voces lejanas, la hicieron regresar al presente. Había anochecido, y ya se notaba en la piel el frío otoñal. 
Se levantó del banco, y comenzó a caminar de regreso a casa, volviendo a llevar de compañía el crujir de las hojas bajo sus pies.

En breve, iba a volver a París. Necesitaba escapar unos días de su rutina, y poner en orden su mente.
Pero esta vez, no iba con el alma vacía. Hacía tiempo que alguien la había llenado de nuevo, pero sin duda, además de la pureza e integridad del hombre que ahora habitaba allí, influyó para que eso fuese posible, el que  una vez en Montmatre, un desconocido le enseñó que se podía amar así... sin materia ni posesión.
Y le demostró que merecía la pena.



 






 




 


GENTE..."CULTA"




"El primer paso de la ignorancia, es presumir de saber"
(B. GRACIÁN) 


      Antiguamente, existían grupos de pseudointelectuales que se paseaban por todos lados con un libro debajo del brazo y con aspecto desaliñado, para así marcar la diferencia entre ellos, y lo que consideraban una sociedad superflua e ignorante, más ocupada de su aspecto personal y de hacer dinero, que de cultivar su intelecto. 

No tenían una preparación específica, pero se preocupaban de estar al tanto de las últimas tendencias tanto literarias, como de arte, política, revistas científicas, etc; de manera, que eran capaces de salir airosos de cualquier conversación en los círculos más elitistas de la cultura.
 Eran pacifistas, y estaban convencidos de que al mundo lo salvaría la poesía. 
Presumían de ser más cultos de lo que eran, pero al menos, tenían lo que se llamaba "cultura general". 
 Expongo esto, como comparativa con otros grupos que existen, y que dejan en mi, una sensación cuanto menos inquietante.


Muchas veces he tenido que bregar con gente que presume de "saber" y que para demostrar que es así, lo que te pasan por las narices son títulos universitarios, que ellos muestran como un aval. Y otras tantas veces, he podido comprobar que en la mayoría de los casos, toda esa gente puede saber mucho de "lo suyo", pero que distan mucho de tener un mínimo de conocimientos sobre nada más.

Gente que tiene una gran biblioteca en su casa con libros comprados a peso y ordenados por tamaños para impresionar a las visitas, pero que tienen como lectura de cabecera el MARCA...
Presumen de acudir a exposiciones de pintores vanguardistas, e incluso tienen colgadas en las paredes de sus casas alguna obra de dichos pintores, porque combinan con el sofá, pero luego son incapaces de distinguir un MATISSE de una viñeta de cómic... 
Repiten los mismos discursos aprendidos sobre política o temas sociales, pero si alguien les habla de lo mismo pero con distintas palabras, le contradicen, simplemente porque no le han entendido.


 Y por supuesto, las redes sociales no están exentas  de este tipo de gente. Los hay muy diversos, pero me voy a limitar a exponer los que más me llaman la atención.

Personas con tantos títulos, (muchos de ellos en inglés, que mola más) y que tienen que meter apretujados en sus biografías para que quepan en los 160 caracteres, pero que luego, sus comentarios se limitan a hablar de fútbol, o a contestar con exabruptos (y faltas de ortografía) a quienes no piensan como ellos. 

Universitarias que "cuelgan" su título desde que comienzan el primer año de carrera, y que recomiendan libros "cultos" de los que no hacen ningún comentario porque no los han leído, pero que se explayan a gusto sobre los programas basura de la televisión, con lenguaje de poligoneras y expresiones soeces. Todo esto, acompañado de una amplia colección de selfies con filtros de instagram, para afianzar su baja autoestima y que dejan de manifiesto su "lucidez" mental.

También están las que se denominan ESCRITORAS, con avatar de un primer plano de tetas... y cuando abres su link, te encuentras con un blog lleno de palabras, pero con ausencia de tildes y puntuaciones, o con párrafos plagiados, y la clara evidencia de que dicha "escritora" cree que un anagrama es un pasatiempo, o que un axioma es una pomada para los granos...

O es@s ort@s que acuden a la wikipedia para hacer un comentario sobre un texto, y así ganarse la "simpatía y admiración" del autor, pero que en ocasiones su cerebro no les da ni siquiera para hacer un resumen, y se limitan al "copia/pega" subestimando así a quien lee su comentario, y al propio autor del texto. 

Una de las que más me hacen sentir vergüenza ajena, son las que mostrando tetas y después de sus textos obscenos y sin estilo, añaden que a ellas les gustan los hombres cultos e inteligentes. Dioss... Y los encuentran...Jaja.
Sólo hay una cosa más patética que las "calienta braguetas": las braguetas calentadas.

Y no podían faltar los que de alguna manera han visto un filón haciéndose llamar ESCRITORES, y que venden su "género" con avatar de musculitos y frases de Coelho, para así intentar engatusar a jovencitas románticas.



Creo que está clara la diferencia entre aquellos que presumiendo de saber, si sabían, y esta nueva especie de "cultos" sin cultura.

Yo no tengo estudios universitarios, y más de uno pensará que se me nota... Je. Pero a pesar de ello, en muchas ocasiones, mi ego se ha sentido muy satisfecho al dar jaque dialéctico a no pocos coleccionistas de títulos y masters diversos. 
Sí... Yo también tengo mis vanidades. 

Ay... Si los títulos y las presunciones nos definiesen..!! 
Pero no, son nuestros actos y nuestro comportamiento los que lo hacen. Porque por encima de todo, el primer paso de la cultura, es la inteligencia innata y la  educación.





 






 

SE CANSA EL ALMA




Se cansa el alma...
De esperar en la reserva,
mientras es reemplazada.
De sufrir por causa ajena.
De ser paño de lágrimas,
y lubricar almas secas.

De verdades incompletas,
y mentiras adornadas..
De escapadas repentinas,
y de respuestas vagas. 
De llorar lágrimas secas,
y de sonreír sin ganas. 

Se cansa el alma...
De caminar siempre sola.
De lanzarse al precipicio
y volar sin alas.
De mostrarse transparente,
frente a otras almas opacas.

De creer en las palabras,
que van desmintiendo los actos.
De jugar a la ruleta,
y que crean que han ganado,
sin saber que ha sido ella, 
la que ha trucado los dados.

Se cansa el alma...
De ilusiones fabricadas,
de noches de insomnio
esperando madrugadas,
para expresar sentimientos,
que se pierden en la nada.

Se cansa el alma... 
De promesas incumplidas,
y egoísmos maquillados.
De intentar curar con vendas
empapadas en bálsamo,
a corazones ajados.

De migajas de cariño,
y caricias inventadas.
De confiar en quimeras,
de suspiros ahogados,
de risas escritas,
y besos enlatados.

Se cansa el alma... 
de dibujar corazones
en piedras resquebrajadas.
De amores de distancia,
de falsas esperanzas,
de sueños inconexos.


Se cansa el alma...
De ser pisoteada.



OLGA 
28/09/2014





 
 

VERANEO DE DOBLE FAZ


  


"Lo que da valor a un placer, es usarlo raramente." (JUVENAL)


   
      De vez en cuando, me gusta subir a mi atalaya memorial, para analizar desde mi punto de vista algunas situaciones, que desde el suelo real, no entiendo muy bien, o creo que tienen dos interpretaciones.
  
 Llega la época estival, con la que sueña la gran mayoría de personas, como un niño con la noche de Reyes; y con la que sueñan las empresas de hostelería, agencias de viaje, compañías aéreas...etc., para compensar los bajos ingresos que han tenido durante el resto del año, aunque al final de la temporada, haya habido más ruido que nueces; con la que sueñan también muchos parados que al menos podrán sanear algo su economía, a costa de muchas horas de trabajo, claro.


   Pero centrémonos en los que "descansan".
Según la RAE, vacación es el <descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios>. Nada dice que para dicho descanso, haya que desplazarse a ningún sitio, pero claro, viajar es guay... Hay que cambiar de sitio, pues para la gran mayoría, es indispensable para desconectar de la rutina, aunque para algunos, peligre el pago de la hipoteca en los próximos meses, debido al gasto que esto conlleva, y para todo no hay. Pero, que caray... "que nos quiten lo bailao".


Ya estoy en mi atalaya... Paso por alto los extremos, como por ejemplo la gente con alto poder adquisitivo, que no necesitan fechas concretas para su "dolce vita", ni la gran cantidad de descerebrados que desde países supuestamente civilizados nos visitan, y que su único leit motiv para divertirse son el alcohol, las drogas y la falta de respeto, y que "enriquecen" a empresarios faltos de escrúpulos y del mismo respeto. 
Me concentro nada más en observar a los que conocemos como "gente normal".

Dirijo mi vista hacia un lado, y veo a gente con el semblante relajado, tomando el sol en tranquilas playas. Veo adolescentes que descubren por primera vez el amor, con alguien a quien, en la mayoría de los casos, no volverán a ver, pero que ha hecho que sus vacaciones sean inolvidables... Veo a personas descubriendo rincones con magia y encanto, alejados de playas masificadas, y que no figuran en los folletos vacacionales de las agencias de viajes.


También veo a gente, que ha vuelto a sus raíces, visitando el lugar que les vio nacer, y reviviendo momentos y fiestas patronales, en los que fueron felices en su infancia. También a chicos y chicas luciendo su bronceado en las discotecas. Parejas cenando en románticos veladores, o dando largos paseos a la luz de la luna. Niños que juegan. Gente que ríe. Parejas que se aman...


Y toda esa gente, regresando a sus casas, con las pilas cargadas y un montón de bellos recuerdos. Todo es perfecto. 
Me gusta lo que he visto, sí.


Dirijo ahora la vista hacia el lado opuesto, y aunque la panorámica es aparentemente igual, al ajustar los prismáticos de la memoria, lo que veo es gente con aspecto cansado, después de aguantar estoicamente varias horas en la carretera. Veo playas saturadas de personas envueltas en un olor, mezcla de sudor, bronceador de coco y bocata de chorizo. Veo colas en los puestos de pollo al ast. Niños que corretean gritando en los restaurantes, mientras sus padres, indolentes, engullen paellas prefabricadas. Veo jubilados al amanecer cargados con sombrillas y tumbonas, para ser los primeros en marcar su territorio en la playa, y más tarde, peleas por defender ese territorio, convencidos de que les pertenece.

 Veo gente con la pulserita de "todo incluido" haciendo siempre el mismo peregrinaje: hotel-playa, playa-hotel, pues el salir más, significa un gasto fuera de su presupuesto. Veo a familias enteras en las plazas y piscinas de sus pueblos natales, con cara de resignación, por haber sido su única opción de salir sin tener que gastar mucho dinero, y cargando las maletas al marcharse de "delicias" de matanza, que les llene la despensa, aunque les suba el colesterol. Veo matrimonios que durante todo el año, y debido al trabajo, no están acostumbrados a estar todo el día juntos, y las vacaciones, lejos de ser un motivo de alegría por poder estarlo, se convierten en un empacho mutuo, de tanta presencia, y añorando en su fuero interno, volver al trabajo, y a su propio mundo individual.


Y llegó la hora de volver... De nuevo, horas interminables en la carretera, en las que da tiempo a preparar mentalmente el relato de sus vacaciones a los vecinos y amigos, acompañándolo con las fotos de la paella. Es importante convencerles de lo maravilloso que es salir de vacaciones, aunque haya que "adornar" dicho relato, con el único propósito de causar envidia a esos "pobres" que se han tenido que quedar en la ciudad.

Y después viene lo que a algún psicólogo con dudoso ingenio le dio por llamar "Síndrome post-vacacional", lo que no es otra cosa que el volver a abrir los ojos y darse cuenta, que no ha servido de nada escapar... Todo sigue ahí. 

Pero, a pesar de todo, es necesario tener un motivo que haga suavizar la realidad; quedan once meses para maquillar las vacaciones pasadas, y así soñar con las próximas, mientras echan la culpa de sus infortunios al gobierno, insultan a los políticos corruptos, hablan del tiempo en el ascensor, y se empapan de fútbol.

Está claro que cada cual, le da un sentido a la palabra vacaciones, pero todos coinciden en lo maravillosas que son... Y la verdad, es que de eso se trata, aunque para ello, sea necesario engañar a nuestra propia memoria. 

Me bajo de mi atalaya, y vuelvo a mi rutina, que por cierto, también voy a intentar maquillar, para hacerla más atractiva.


 










 




TELA DE ARAÑA




     Absorta en sus pensamientos, no sabría precisar el tiempo que llevaba allí, con los ojos cerrados... acariciando de forma mecánica su cabello mojado, que caía sobre sobre su hombro, mientras el agua resbalaba por su rostro, y recorría su piel, hasta terminar en el sumidero de la ducha. 

  Un ruido del exterior la sacó de su abstracción, y entonces notó como las yemas de sus dedos perdían sensibilidad, debido al tiempo que llevaban bajo el agua. 

 Salió de la ducha, y mientras se secaba despacio frente al espejo, iba examinando su rostro cuyos ojos claros, algo enrojecidos por el agua, habían perdido parte de su  brillo, y su mirada delataba su decaimiento del ánimo... Recorrió con esa mirada su cuerpo de formas armónicas, y su piel aún tersa, y a pesar de que le complacía lo que veía, sintió que junto con su mente, ya no le pertenecían ninguno de los dos... Su cuerpo estaba a merced de una enfermedad, que aunque aparentemente le había dado una tregua, dejó su firma en la piel, como para recordarle que en cualquier momento, podía volver a aparecer.
Su mente, hacía mucho tiempo que no se ocupaba de su persona... Las circunstancias le habían relevado a un plano inexistente. Ni siquiera su mal físico le preocupaba en un sentido personal, sino como un impedimento para ocuparse debidamente de quienes quería. El bienestar de esas personas era lo más importante para ella, y eso estaba por encima de su propio sentir.

 Pero sin darse cuenta, su alma ajena a su fuerza mental, iba acumulando un grito que cada vez se hacía más grande, y poco a poco, la iba ahogando... Un grito, que en algunas ocasiones había querido salir, pero que se quedaba  rezagado en su rincón, porque el grito de los demás se adelantaba; y estaba ocupando tanto sitio en su alma, que la estaba asfixiando. 


En la tela de araña que es la vida, ella siempre había sido araña...seleccionando con esmero las presas que a ella caían, y reparando con minuciosa habilidad los hilos que de repente se rompían... Ella controlaba la tela. 


Y ahora se daba cuenta, que su rol había cambiado... Ya no era la araña, sino una mosca pasiva, que había aceptado su cautiverio, y su única lucha era sobrevivir mentalizada de que la araña acabaría devorándola. 
Se había acostumbrado a estar atrapada, y a considerar su situación como algo normal... Ni siquiera sufría.
Pero a veces, la indolencia es una forma de morir en vida.


Vestida ya para salir y afrontar el día, se colocó de nuevo ante el espejo para dar los últimos retoques a su cabello, y comprobó que sus ojos volvían a tener ese brillo que siempre había sido el estandarte de su fuerza y su coraje.
Esas reflexiones estaban haciendo su efecto... Comprendió que por encima de todo, ella tenía que ser lo más importante, pues todo su empeño y sus mejores deseos para que las personas que amaba estuviesen bien, no servirían de nada si ella se anulaba.

 Un nuevo día comenzaba, y decidió que no debía esperar más... que tenía que abrir un pequeño paréntesis en su vida, para que ese grito tanto tiempo atrapado en su alma, se liberase... 
Decidió que era el momento de quererse... De ser un poco egoísta, olvidarse de todo sin ataques de conciencia, y pensar sólo en ella...Aislarse... Desaparecer.
Sabía que no era tarea fácil, pues demasiadas cosas ocupaban su mente, pero tenía que hacerlo. 
Bastaban unos días... Hasta que escapasen de la maleta todos sus sentimientos y responsabilidades.
Sólo unos días... Suficientes.

 Pronto cerraría ese paréntesis, consciente de que seguiría en la tela de araña, pero ya no como una mosca indolente, sino como una araña dispuesta a pelear por su sitio...con ganas de luchar y dispuesta a hacer un trato con la vida... En la tela, sí... Pero con su espacio reservado e intocable.









 



  

 

SER UNO MISMO




"Sólo se puede ser totalmente uno mismo, cuando se está solo."
(A. SCHOPENHAUER)  



  Cuando te asaltan dudas, o pides opinión sobre una forma de comportamiento ante determinadas personas o ante nuevas situaciones, la frase que más se utiliza es: "Lo importante es ser uno mismo".

  Yo creo que es una frase demasiado amplia y recurrente, cuando no queremos o no podemos dar un consejo más concreto,porque...¿realmente sabemos como somos? puede que algunos sí. Pero... ¿se puede ser totalmente auténtico en un mundo cada vez más competitivo y en el que tanto valor se da a la imagen que transmitimos? Y no  me refiero sólo a la apariencia física, sino también a la imagen moral o de estatus.

Vivimos sujetos a un modelo social, que nos obliga a seguir unas normas de comportamiento y para sobrevivir en dicha sociedad,tenemos que dejar atrás muchas veces nuestra forma de pensar e incluso nuestra ideología política, religiosa, etc.

 Sin darnos cuenta y por mucho que en nuestra mente y en nuestro corazón seamos fieles a unos principios, y aunque a muchos les cueste admitirlo, nos convertimos en clones de otros tantos a los que les pasa lo mismo, porque de no ser así, tendríamos que abandonar la "manada" y vivir aislados. 


Incluso en la ardua tarea de luchar por nuestra propia superación y alcanzar nuestras metas, muchas veces  tenemos que poner sobre la mesa la imagen que más guste a lo que nos puede ayudar a conseguirlo, y no la que nos gustaría mostrar a nosotros.


En ocasiones nos tenemos que hacer los tontos para que los demás no lo parezcan...aparentar seguridad para que nos crean fuertes... o llevar en la mochila unas cuantas frases cultas, para que nos consideren inteligentes.

Y nos pasamos gran parte de nuestro tiempo intentando gustar (cuando no engañar) a los demás, para nuestro propio beneficio y supervivencia. Los más afortunados, cuentan con alguna persona con la que si pueden desnudar su alma y convertirla así en el reposo del guerrero, después de un día de lucha entre lo que somos y lo que estamos obligados a ser. Y para todos en general, quedan los momentos de reflexión cuando estamos solos.
Creo que únicamente los que no tienen nada que perder, se pueden permitir el lujo de mostrarse todo el tiempo como realmente son.

Para mi, la autenticidad consiste en no engañarnos a nosotros mismos ni pretender hacerlo con nuestro espejo...

En no dejar que el envoltorio que llevamos en nuestra vida social, lo sigamos llevando en nuestra privacidad, y en no disfrazar nuestros sentimientos. Es con nosotros mismos con quien tenemos que ser auténticos.
Con los demás... Cuando se pueda.






EL VALOR DEL MIEDO




"El miedo no es más que un deseo al revés." (AMADO NERVO)
 


 Todos en alguna ocasión, hemos sentido miedo real ante una situación de peligro, o cuando nos sentimos amenazados por algo o alguien. También a algunas enfermedades, e incluso a la muerte.
Es un miedo justificado, y que no nos importa reconocer, por considerarlo como algo circunstancial, o relativamente normal en la vida.


Pero el miedo, a veces de forma imperceptible, va unido a nosotros desde el nacimiento. Es como un escudo que nos protege, ya que nuestra vulnerabilidad y prepotencia, nos haría cometer más errores de los que por sí, ya cometemos.

Desde la infancia, tenemos miedo a todo. A caminar... a caernos... a la oscuridad... a los suspensos... a los castigos... al rechazo de nuestro primer amor... al primer beso... o a que éste tarde en llegar... a ser diferente... En definitiva, miedo a la vida.

 
Cuando nos hacemos adultos, gran parte de esos miedos desaparecen, dando paso a otros, que van marcando nuestra existencia.

Tenemos miedo a los cambios, aunque sean positivos... Tenemos miedo a amar, o a que no nos amen... Miedo al futuro, o a que el pasado tenga demasiado protagonismo en nuestro presente... A no gustar, y al qué dirán. Pero sobre todo, tenemos miedo a perder lo que creemos que nos pertenece: El amor... el trabajo...la familia...los amigos.

Aunque el miedo, también actúa de cortafuegos entre lo que a veces desearíamos hacer, y lo que finalmente hacemos, y a ese miedo lo llamamos prudencia, corrección, o como algunos dirían, ser como Dios manda.
Estoy segura, que que si no fuese por el miedo a las consecuencias, seríamos más sinceros sobre lo  que pensamos de los demás... Si no fuese por el miedo a que se sepa, en ocasiones  seríamos infieles a nuestras parejas... Si no fuese por miedo a que nos "cojan", delinquiríamos... Porque hasta las personas más honestas, en alguna ocasión han pensado en hacer alguna de estas cosas, aunque nunca serán capaces de reconocerlo en voz alta... Tienen demasiado miedo de que dejen de considerarles así.

Pero lo más importante del miedo, es que al tenerlo, podemos controlar nuestras acciones y nuestros impulsos, para poder llevar una vida "normal",  marcada por unos patrones de convivencia social. Aunque a veces, no estaría nada mal darle esquinazo a ese miedo, y cometer alguna locura, que nos haga sentir más vivos.


Por consiguiente, el miedo no es malo, siempre y cuando lo consideremos parte de nuestras sensaciones, y no nos neguemos a admitir que lo tenemos... Sólo dejando de temer al miedo, nos convertiremos en personas valientes.



HABÍA QUE INVENTAR





Había que inventarse momentos de luz,
para no morir en las sombras...
Luces brillantes
En miradas mortecinas.

Había que inventarse esperanzas...
Utopías...
Y colores mezclados entre el gris
del día a día.

Había que inventar lágrimas de risa...
y cambiar por carcajadas los lamentos.
Había que inventar que antes de la muerte
se vivía.

Y había que inventarse un nombre
Que suavizase la pena reprimida.
Abstracto y quimérico...
Y le llamamos alegría.

Olga
20/03/2014


LA DIGNIDAD PERDIDA




"La dignidad no tiene sitio, ni colectivo, ni plural." ( VALERIE TASSO )


     Ya sé, que mis comentarios no gustarán a todos aquellos que se han propuesto "salir a la calle" para reivindicarlo todo... Cadenas humanas, marchas, sentadas, quedadas... En fin,todo eso.

Yo no estoy en contra de que se hagan manifestaciones para reclamar derechos que han sido arrebatados injustamente, y que hayan mermado la calidad de vida, pero el que se haya convertido en una costumbre, ya es por si misma, una falta de efectividad. Ha desaparecido el impacto, para los que tienen la sartén por el mango, a la vez que cada movilización es un día de júbilo para todos aquellos individuos sin cerebro, y sin más motivación que la de causar daño, que aprovechan cada evento popular, para convertirlo en un día de violencia y actos vandálicos. 


Últimamente, he tenido conocimiento de actos de solidaridad que, aunque la prensa no se ha hecho mucho eco de ellos, porque eso no "vende", me han parecido fantásticos: pueblos que han renunciado al alumbrado de sus fiestas para destinar ese dinero a personas necesitadas... Cadenas de favores entre vecinos... Alcaldes humildes que han renunciado a su sueldo en el Ayuntamiento... Etc. Sin olvidar a todas esas personas que invierten su tiempo y su dinero para que el Banco de alimentos esté abastecido.

Eso sí que me parece que es pensar en los demás; posiblemente, todas esas personas no asistan a las movilizaciones... Están demasiado ocupados haciendo cosas útiles por los más necesitados, y demostrando que hechos son amores.




Pero de todas las movilizaciones, la que más me sorprende, es la marcha por la DIGNIDAD... Como si la dignidad fuese algo tangible, que alguien nos pueda devolver.  La dignidad, es algo íntimo y personal, y cada cual la entiende a su manera, dentro de su escala de valores.
La dignidad no se pierde por culpa del mal hacer de nadie, sino por nuestra propia actitud.
Quedan muy bucólicas estas marchas y reuniones que quieren aparentar unidad y conciencia social, cuando en realidad, y salvo algunos pequeños grupos (que en toda regla hay excepción ), cuando las cosas se ponen feas en nuestra propia piel, cada uno tiramos por el camino que más nos beneficie.


Y seguramente, al acabar la jornada, sientan que han hecho algo grande y sin parangón... Sobre todo si ha sido multitudinaria, pues al final, lo que cuenta es eso. Al otro día, los medios hablarán del número de personas asistentes, y de los incidentes que se hayan producido por parte de la policía o de los grupos de violentos, porque en realidad, no hay más que contar.

Pero, cuando la euforia, la aparente empatía y todo lo que ha rodeado la bienintencionada marcha acabe, y cada uno se vaya a su casa, verá que mantener la dignidad intacta, está "por encima de sus posibilidades"...Y al otro día, la volverán a perder. 


Porque perder la dignidad es aceptar trabajar por un mísero sueldo, por miedo a perder el empleo... Perder la dignidad es que se note ese miedo en los ojos, cada vez que "el jefe" nos reúna... Perder la dignidad es pagar los abusivos precios del mercado, "porque esto es lo que hay"... Perder la dignidad es rogar al director del banco, que nos sostenga el pago de la hipoteca, por miedo a un embargo... Perder la dignidad es seguir cumpliendo leyes que nos guillotinan, por miedo a que nos hagan pagar por ello, en caso de incumplimiento, e impotentes ante la evidencia, darnos cuenta que las protestas para que no prosperasen, no han funcionado.

Entonces, yo no puedo por menos que pensar, que hay demasiado miedo para poder mantener la dignidad ¿no?.
¿Se va a evaporar ese miedo con una marcha?

Hay cosas, que no tienen más valor que la buena intención.



 
 

¿NUESTRO DÍA...???




       Un año más se acerca el "DÍA DE LA MUJER..."
Un año más miles de ellas, lo celebrarán gozosas.
Y un año más, yo me pregunto... ¿Que hay que celebrar?



Vivimos en un país en el que el Gobierno se permite el lujo de mandar en nuestro cuerpo, vetando nuestro derecho a decidir sobre nuestra vida, y castigándonos si no cumplimos su misógina ley, mientras ellos dejan en desamparo a miles de niños con problemas; y además, demonizadas por la Iglesia, cuya moral les impide aceptar un aborto, pero no les impide violar a nuestros hijos.

Cada año, hay más mujeres maltratadas, cuando no muertas, sin que la justicia haya hecho nada eficiente para que esto no suceda, y con una cantidad alarmante de mujeres que no denuncian, bien porque no creen en esa justicia, o por miedo a su maltratador... O lo que es peor, un porcentaje alto de mujeres, que con una mentalidad heredada de una educación castradora, prefieren callar, incluso ante su familia, porque consideran que son pertenencia de su macho, y aceptan su sufrimiento como algo implícito en el matrimonio.



Mafias que engañan a mujeres en situaciones de pobreza en su familia, y que explotan en prostíbulos, donde "hombres de bien", castos padres de familia, y amantísimos esposos, que se escandalizan cara a la galería cuando las ven en la calle, pero que son los que después contratan sus servicios.

Empresas que siguen sin contratar a mujeres embarazadas, o que las despiden cuando se enteran que lo están... Jefes, que en algunos casos, se creen con derecho a pernada... Leyes inamovibles que permiten que un hombre reciba un mayor salario por trabajos idénticos... Maridos que siguen sin considerar la función del ama de casa como un trabajo, y que se permiten el lujo de decir que ellos "ayudan" de vez en cuando, sin considerar que las tareas del hogar les corresponde a ambos.
Y un largo etcétera que demuestra que en muchos aspectos, no sólo no nos dejan avanzar, sino que nos hacen retroceder... Que seguimos bajo la vara de una mentalidad machista, disfrazada de falsa igualdad.



Entonces... ¿Que mierda hay que celebrar?
¿Que un día al año y de una forma hipócrita se nos considere?
¿Que un día al año nos abran la jaula, y nos dejen "piar" pero con la cadena de la opresión, el abuso y el ninguneo atada al tobillo, para contentarnos?

Puede que peque de radical, pero yo no quiero un día para recordar al mundo que existimos.
No quiero que figuremos un día en el calendario.
Quiero que la palabra "MUJER" sea mucho más que una etiqueta.
Y quiero, que no haya mujeres que secunden este juego. 


Somos personas antes que mujeres.
Y existimos... SIEMPRE. 






 

ELLA




    Cuando pienso en ella, la imagino leyendo junto a la ventana, disfrutando de esos minutos que tras una jornada intensa, se permite dedicarse con esos pequeños placeres... Un libro de poemas que le recargan el alma de magia, y un café, que saborea despacio, para que su disfrute se alargue. 


La imagino con su rostro sereno, una leve sonrisa, y su mirada limpia... Esa mirada que tiene la gente que es bondadosa porque les nace, y no como algo impuesto por la conciencia.
Ella es de esa clase de personas, capaces de trasmitir tranquilidad y optimismo ante los problemas de alguien que sufre, aunque su vida no sea un camino de rosas... Capaz de hacerte ver que pase lo que pase, siempre hay una salida, si persistes en la lucha y afrontas la vida con coraje, pero sin perder la sonrisa, y sin renunciar a los sueños... Ella piensa, que cuando se renuncia a ellos, es cuando se deja de vivir... Es cuando la vida se vuelve gris y dejan de crepitar las llamas del optimismo, para convertirse en las cenizas del desdén y la apatía.

Por eso, y aún con los pies en la tierra, endulza su realidad saboreando cada uno de sus sueños, como si fuesen bolitas de anís, convencida de que algún día podrá vivir lo que tantas veces ha imaginado junto a su "princesa"...Su mayor orgullo, y el aliciente más importante y hermoso para seguir luchando; y aunque su ausencia deja un enorme vacío en su "castillo", cada encuentro entre ellas, se convierte en magia... Compartiendo sueños, y viajando a través de ellos a bellos lugares que están convencidas que en un futuro, quizá no muy lejano, podrán visitar...  Y cuando su princesa retorna a su vida y a su lucha personal, ella convierte la tristeza de su marcha en ilusión, pensando ya en el próximo encuentro... Y en próximos sueños.




   Sé que hay muchas mujeres así, que pintan colores en los días grises... Que tienen un gran sentido de la amistad... Que luchan contra corriente... Que inventan bellos momentos... Que convierten vivencias pequeñas en grandes placeres... Que saben disfrazar su soledad, repartiendo cariño a través de conversaciones virtuales... Que encuentran en la poesía la mejor forma de expresar los sentimientos del alma... Que se emocionan con pequeños detalles... Que trasmiten paz...

Pero yo he tenido la suerte de conocer al mejor ejemplo de todo eso...
He tenido la suerte, de conocerla a ELLA. 

Dedicado con todo mi respeto y cariño a mi amiga del alma.
M.L.B.
Una mujer excepcional.