INDIGNACIONES VARIAS




" La indignación es una técnica utilizada para dotar al idiota de dignidad." 
( H. M. McLUHAN )  
 


En los últimos tiempos, creo que es una de las palabras que más se repite, y aunque haya una indignación común, por los momentos que nos está tocando vivir, gracias al mal hacer y a los abusos del gobierno y las clases dominantes, individualmente nos indignamos mucho más por lo que nos toca directamente la piel.
Por supuesto, yo no me salgo del "saco", pero también hay otras cosas que me causan indignación, y en algunos casos, vergüenza ajena.

Nuestras reacciones, y hablo en general, responden siempre a la última noticia, o a la noticia que la prensa (no siempre neutral), difunde con más asiduidad, haciendo a veces que algo que a priori, es de una importancia relativa, adquiera un protagonismo en los medios de comunicación, que raya lo absurdo...

La comparecencia en los juzgados como imputada de la infanta Cristina, lejos de tomarse con la lógica expectación de saber que tiene que decir en su defensa, y por supuesto que es lo que tiene que decir el juez, todos los medios (sálgase el que pueda) se han volcado en cómo será su estelar aparición en la maldita rampa. Siendo mal pensada, mi percepción es que, de alguna manera, interesa  que lo realmente importante, se aparque a un lado en las mentes de los ciudadanos, y así entretenernos con el folklore de la calle que tanto nos gusta...mientras sea gratuito.
Ya digo, que puede que sea mal pensada, y la prensa funcione sin manipulación y lo único que pretendan es llenar minutos de TV y páginas de periódicos, cada vez más ávidos de carnaza y necesitados de captar usuarios, para no tener que recurrir en algunos casos a "regalitos" con cartilla dominical.

Sea cual sea el motivo, hemos entrado a trapo, como en otras muchas ocasiones. Los propietarios de  negocios en los aledaños de los juzgados, ya se frotan las manos pensando en lo que aumentará su caja ese día... Las señoras amigas de asistir a cualquier evento callejero, se pondrán su mejor abrigo, por si en un barrido de cámara salen en la tele...  Los jubilados, cambiarán su rutina y dejarán por un día de dar de comer a los pájaros del parque... Los grupitos revienta actos, podrán insultar y mostrar sus cutres cartelitos, y así canalizar frustraciones y carencias de todo tipo... Y los "fabricantes" de chistes, han encontrado otro filón, para hacer gala de su supuesto ingenio...  Y todos contentos...!!
Ya se ocuparán los medios más "cercanos" a la Casa Real, de dar su versión particular de lo que acontezca dentro del juzgado. 

Otra cosa que me indigna, es la proliferación de tanto demagogo salvapatrias que desde su ordenador, y guiados por lo último que oyen o leen, sobre todo de lo más sensacionalista, conminan a los usuarios de las Redes Sociales a poner absurdos avatares, o por medio de vistosos carteles, a boicotear el consumo de determinado producto, pensando así, convencer a otros con la misma falta de criterio,  que su propuesta es la panacea para solucionar los problemas existentes.  Personajes, que en su mayoría (como he podido comprobar) cambian su discurso, dependiendo de la hora en la que se conecten, buscando siempre la forma de que a través de soluciones tan peregrinas, puedan aumentar el número de seguidores, que es en realidad lo que les pone...


Flaco favor hacen a los que utilizan las Redes, como una plataforma para dar a conocer sus movilizaciones y su lucha auténtica, y no como un medio para disfrazar su pasividad, y buscar la atención de otros usuarios con estúpidas propuestas, ya que de otra forma no lo consiguen.



Creo que debemos aprender a cualificar y clasificar las cosas, para darle a todo, la importancia que merece. No nos indignemos tanto, y usemos el cerebro más.



RESACA




          Se apagaron las luces, dejando a la vista aún los grotescos y agonizantes armazones metálicos.  Y dejaron de brillar los oropeles. La normalidad vuelve a las calles y los que viven en ellas, vuelven a ser invisibles a los ojos de la mayoría, después de la borrachera de buenas intenciones. La cruda realidad otra vez hace acto de presencia... Una realidad, que  nos empeñamos en tapar estos días con una venda de felicidad, concordia,  marisco y lentejuelas.

Atrás quedaron las comidas y cenas familiares, en las que haciendo un esfuerzo de buena voluntad, intentamos que transcurran sin que afloren las discusiones, reproches o lagrimitas y que en muy raras ocasiones se consigue, antes de llegar al momento de los postres.

Atrás quedaron las uvas, las campanadas mal contadas, a pesar de las instrucciones repetitivas que como cada año dan los encargados de hacerlas, en las cutres retransmisiones desde la Puerta del Sol... 

Atrás quedaron los infumables programas musicales enlatados de las diferentes cadenas televisivas, en los que resulta difícil encontrar algo distinto de los años anteriores... Y los resúmenes de las tragedias del año... Y los anuncios de perfumes... Y las mismas películas ñoñas de todos los años... Uff. 

 Ya nos olvidamos de los brillos sin mesura de las féminas de los cotillones...De los trajes que algunos hombres llevan como escafandras, al no estar acostumbrados a ellos y que estrenan para la ocasión... De poligoneras disfrazadas de princesas trasnochadas... De serpentinas y confeti... De virginidades regaladas por adolescentes, que se bajan las bragas, bendecidas con champán y promesas de amor eterno.

Se apagaron las luces, y ahora nos quedan más kilos y colesterol... La indignación por el despilfarro entre los que más tienen, olvidándonos de que cada uno dentro de sus posibilidades (algunos por encima de ellas) hemos hecho lo mismo... Las rebajas... Los buenos propósitos que durarán menos que las sobras de comida en la nevera... Los mismos insultos al Gobierno sin gobierno... La política de cartón... Las quejas gratuitas y las que no lo son... Y el fútbol. 




Y mientras ponemos al día nuestro hipotálamo y guardamos la sonrisa y el espumillón, en nuestro fuero interno, agradecemos que aún falte mucho para la próxima Navidad... 

 

Nos quedamos con nuestra apacible rutina, envuelta con esa resaca emocional hasta el próximo anuncio de turrón... 

Y vuelta a empezar.