AFORTUNADOS

Afortunados los que saben irse
recogiendo sus escombros,
dibujando excusas
y negando apoyos.

Afortunados los que rechazan el nectar
de la cordura,
y prefieren el veneno almibarado
que emborrache su locura.

Afortunados los de cabeza fría
y alma tibia.
Los egoístas del dolor
y asesinos de alegrías.

Afortunados los que viven
de halagos y felicitaciones,
con una venda en los ojos.
Sin distinguir burlas de adulaciones.

Afortunados los que cambian sueños limpios
por tóxicas realidades,
porque les basta cualquiera
para llenar soledades.

 Afortunados los que se engañan
sintiendo la cercanía
de los que están a su lado...
Mientras no hay planes mejores.


Afortunados los ególatras
que amurallan su mundo
de soledad y aislamiento,
y rechazan empatías.

Afortunados los indolentes,
los necios y los mezquinos.
Los que no sufren por nada;
los que ríen sin sentido.

Afortunados los que creen
en su infinita ignorancia,
que huyendo de los demás,
se encontrarán a sí mismos.



Afortunados... O quizá no.
Pues pienso mientras escribo,
que al no ser como ellos
la afortunada soy yo.

OLGA 14/04/2015