MADURAR

MADURAR


Madurar es no confundir
sueños con delirios,
ni necesitar a nadie
como parche intoxicado,
perfumado de incienso.

Madurar no es intentar
mantener el equilibrio
agarrando clavos ardiendo,
sino caminar con la vista al frente
y desempañando espejos.

Madurar es atreverse
a mirar de frente a la realidad;
que adular no es admirar,
que mentir no es convencer,
que congeniar no es amar.

Madurar es entender,
que no habrá logros sin luchar.
Que el no confiar o el confiar demasiado,
son armas de doble filo,
que hay que saber usar.


Madurar es distinguir
la elegancia innata del burdo disfraz,
el diamante del vidrio,
el oro del oropel,
lo auténtico de lo ficticio.

Madurar es darte cuenta
que el sentir y la esperanza
son las virutas que caen al suelo,
mientras buscamos,la supuesta
suavidad de lo correcto.

Madurar es no subestimar
a los que siempre perdonan.
Madurar es tener claro,
que los favores no se tasan,
pero las ofensas se pagan.





Y que la verdad,
es como una boya en el mar
que siempre sale a flote,
aunque la intentes hundir...
Todo esto es madurar.