MENTIRAS-I




   Por nuestra condición humana, la mentira forma parte de nuestra vida. Es algo tan natural como cualquier otra reacción marcada por nuestro carácter y por las distintas situaciones por las que tenemos que pasar. Pero no todas las mentiras son iguales, ni afectan de la misma manera. La maldad que haya en ellas, depende de la intencionalidad, más que de la mentira en sí. 
Como no me gusta ser radical, procuro dar a todo la importancia que tiene, en su justa medida. Nada es enteramente bueno o malo... Y la mentira tampoco. 

  
Hay mentirosos patológicos que no pueden dejar de mentir, aunque con ello pierdan la vida. Son enfermos y como tal, hay que verles... Pero al margen de esto, hay otra clase de mentiras y mentirosos. 

Existe la mentira "ESCUDO" que es la que utilizamos como escaramuza, con mayor o menor éxito cuando queremos escapar de una verdad que nos compromete, o nos pone en evidencia.

También está la llamada mentira "PIADOSA", (aunque a mi no me gusta el término, ya que la piedad es otro sentimiento, junto con la lástima, que me repugna bastante). La finalidad de esta mentira, es proteger (supuestamente) a la otra parte, de una verdad dolorosa o difícil de entender. No hace daño, pero la verdad, tampoco le veo mucho beneficio, aunque se haga con la mejor intención.

Otro tipo es la mentira "ADORNO". Se utiliza para mostrar a los demás una visión más atractiva de la persona, o de una verdad con pocos ingredientes para causar expectación. Esta mentira, sólo puede perjudicar al mentiroso, si llega a creerse lo que cuenta... Pero si es consciente de que es fantasía, y lo hace para enriquecer su narrativa, demuestra tener ingenio y capacidad mental. 





Hay muchas más clases de mentiras, pero exponerlas todas ahora, alargaría demasiado el post. Por eso, si os apetece, os emplazo próximamente a MENTIRAS II en el que seguiré con esta clasificación... Muy subjetiva por otra parte.