LA OTRA CARA DE LA BONDAD



          
         Curiosamente, en los momentos de más cotidianidad, y en los lugares aparentemente más anodinos, surgen comentarios o situaciones, que me hacen reflexionar sobre el comportamiento humano. 

       Me encontraba hace unos días haciendo cola frente a una de las cajas del supermercado, cuando sin poder (ni querer) evitarlo, escuché una conversación entre dos señoras de mediana edad, que se encontraban inmediatamente detrás de mi. Hablaban de una tercera, que al parecer estaba enferma. Con voz pausada, comentaban la desgracia, haciendo un repaso de todos los errores, que a su parecer había cometido la persona enferma, pero con un tono parecido al de un cura en un confesionario perdonando a una pecadora... Una de ellas comentó: _" La verdad es que ha sido muy puta, pero chica, a mi ahora me da lástima." 



     Lástima... Un sentimiento que de por sí, siempre me ha parecido el más cruel, mucho más que el odio, pues este último va de frente y no hace de menos a la persona que lo recibe, pero la lástima la convierte en algo sin identidad, sin valía... Y las personas que tienen ese sentimiento, creen que es un acto de bondad. A mi no me lo parece. Cuando aprecias o quieres  a alguien que está sufriendo, sientes empatía con él, no lástima... y mucho menos, cuando en nombre de esa lástima, se intenta perdonar la vida a una persona, por los errores cometidos, o por un comportamiento que a los ojos de esta gente "bondadosa" no ha sido correcto. 

Puede que me mire demasiado el ombligo, o puede que parezca que voy contra corriente, y eso casi siempre es cierto, pero la verdad es que no me gustaría que nadie sintiese eso nunca por mi... Prefiero la indiferencia, a un sentimiento tan ruin.