PUEDE QUE UN DÍA
Seguir el juego que nos ofrece la vida,
y entre gozos y desdichas
caminar en paralelo.
Sin estar ciegos cerrar los ojos,
saltando por encima
de miedos y recelos.
Planear futuros sin movernos del presente,
con deseos contenidos
que encienden la piel,
y los apaga la mente.
Puede que un día
se acerquen nuestros cuerpos,
y en la misma vía
coincida nuestro tren.
Convirtiendo en reales las miradas,
y sonoras las palabras.
Y sentir el calor del abrazo,
en el andén.
Puede que un día
dejemos de estar ausentes,
coincidiendo en la vida
y en la forma de querer.
Olga 22/11/2014